martes, 27 de agosto de 2024

Las "causales"

 



El odio al Milagro de la Vida


"Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó." Génesis 1, 27




Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén


San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica.

Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.






Las falacias o falsas "causales" del aborto



 1.- Mortalidad materna


Respecto a la frase "hoy mueren miles de mujeres en Chile a causa de un aborto clandestino" el ginecólogo obstetra, Jorge Becker, explicó que la mortalidad materna en Chile es una de las "más bajas del mundo".


"Entre 1990 y 2015 disminuyó en más de 70% sin tener ley de aborto de ninguna clase", aseguró.







2.- Aborto legal y seguro


La ginecóloga obstetra Francisca Valdivieso, afirmó que "nos quieren hacer creer que el aborto es una solución para las mujeres. Pero no es así".


"Nadie le cuenta a esa mujer de los daños que tendrá en salud mental a futuro, del estrés post traumático, de la depresión que podrán tener, nadie les habla del riesgo mismo del procedimiento que puede ir desde una infertilidad hasta la misma muerte, nadie les cuenta sobre los riesgos en sus próximo embarazos", precisó.


"El aborto no protege a la mujer. El aborto protege al Estado que no se quiere hacer cargo de esos niños, el aborto protege a sus padres que no quieren acompañar a esas madres embarazadas, el aborto protege a los abusadores que van a seguir presionando y abusando. Que no nos mientan, el aborto no protege a la mujer, solo nos daña", afirmó Valdivieso.





3.- Un "montón de células"


Desde la Fundación Testimonios por la Vida, Constanza Saavedra, precisó que a las seis semanas de gestación, se puede ver el corazón latiendo en una ecografía.


"Entre la sexta y séptima semana se comienzan a formar los ojos, oídos, columna. A las nueve semanas todos los órganos principales han comenzado su desarrollo incluido el sistema nervioso", explicó Saavedra.


A las 12 semanas salta, se chupa el dedo, bosteza. ¿Montón de células? Sí, como tú y yo", recordó la médico.







4.- Mujeres "van a la cárcel"


A su turno, la pediatra Soledad Díaz, explicó que en Chile no hay mujeres en prisión por el delito del aborto.


"Según registro de Gendarmería solo hay seis personas que han estado detenidas por este delito y todos son hombres involucrados y denunciados por la mujer o la familia de la mujer. En Chile la mujer que aborta no va presa. Que no nos engañen", sostuvo Díaz.












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5.- Falacia demográfica.  


La falsedad de que es necesario controlar la natalidad por la carencia de alimentos, recursos y seguridad en dignidad de la vida humana ya esta completamente abandonada, primero porque lo lógico y justo es que quien defiende la dignidad seda sus privilegios y posibilidad al que no lo tiene, y que merece un trato digno, y no los atesore solo para sí mismo. Generalmente los promotores del aborto no viven en situaciones precarias sino que muy acomodadas. 


El aborto, a nivel mundial, es, por encima de todo, un acto de imperialismo brutal a cuenta de los países ricos sobre los pobres. Y esto, que puede sonar a demagógico, no lo es en absoluto.


El meollo de toda la política antinatalista del mundo desarrollado sobre el subdesarrollado tiene su punto de origen en el problema de la competencia por mano de obra barata y en el fenómeno de la inmigración. Vayamos al segundo: es un hecho que, cada año desde hace treinta, un millón de inmigrantes del sur se instala en el norte. Lo es también que el norte no sabe ya cómo convencer al sur de que la causa de su pobreza es su sobredimensionado crecimiento demográfico. Y parece lógica esta dificultad: ¿no es verdad que la densidad de población de, por ejemplo, Japón (325 habitantes por Km2, y 23.000 dólares anuales de renta per cápita), sobrepasa con creces la de la mayoría de los países que se consideran “pobres” (como Tanzania, que con 25 habitantes por Km2, sólo alcanza los 130 dólares de renta per cápita)?. Cualquier persona medianamente informada –los países del Tercer Mundo son pobres, pero no tontos- sabe que una adecuada revolución demográfica es un factor esencial para cualquier proceso de promoción y expansión industrial de primera fase; más población es también más mano de obra –lo que la hace más barata-, y más mercado interior, elementos esenciales ambos para consolidar una mínima infraestructura industrial capaz de abrirse posteriormente a la competencia exterior. Europa, desde luego, tuvo su propia revolución demográfica, desde la inglesa, inaugurada a principios del siglo XIX, a la española, concluida en los años sesenta de nuestro siglo.



No es, como digo, demagogia mencionar los intereses que el gigante capitalista tiene a la hora de frenar la expansión demográfica de los países en desarrollo: el mismo Juan Pablo II así lo afirmó en su rotunda y reveladora encíclica Evangelium Vitae, del año 1995, cuando decía que “estamos en realidad ante una objetiva ‘conjura contra la vida’, que ve implicadas incluso a instituciones internacionales”. Como muestra, un botón: el 16 de marzo de 1994, poco antes de la Conferencia de El Cairo, el departamento de Estado norteamericano ordenó a sus embajadas que insistieran a sus gobiernos anfitriones en que los Estados Unidos consideraban el acceso al aborto voluntario un derecho fundamental de todas las mujeres, y, a comienzos del segundo mandato de Clinton, en febrero de 1997, el Congreso de los Estados Unidos aprobó una ley presupuestaria de 385 millones de dólares (53.900 millones de pesetas) destinados a la planificación familiar y al aborto en el Tercer Mundo. Simultáneamente, era rechazada una moción del congresista pro-vida Chris Smith que, aludiendo a lo que llamó “imperialismo demográfico”, ofrecía aumentar la partida hasta 713 millones siempre que del programa antinatalista fuera explícitamente excluido el fomento del aborto.


Obviamente, las intenciones del presidente Clinton y de sus compañeros de viaje no pasaban por esa exclusión. La razón la dio explícitamente la entonces nueva secretaria de Estado, Madeleine Albrigth, alegando que el control de nacimientos en el Tercer Mundo es pieza fundamental de su política de promoción de los intereses norteamericanos. Algunos otros congresistas supieron ser algo más explícitos y aludieron a necesidad de reducir la competencia por mano de obra barata en el mercado internacional (ABC, 16-2-97). Pero no se crea que este planteamiento estratégico-defensivo proviene de estos últimos años, o está únicamente representado por Clinton; tiene su origen, más bien, en el famoso “Documento 2000” del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, aprobado el 10 de diciembre de 1974 por el presidente Gerald Ford, documento, como es obvio a tenor de la dureza de su contenido, originariamente secreto, y sin embargo desvelado en 1990 gracias a las presiones de algunos historiadores que supieron invocar con éxito las leyes de secretos oficiales. El documento, textualmente, afirma en algunos de sus apartados:


Punto 19: Los actuales factores de población en los países menos desarrollados suponen un riesgo político e incluso problemas de seguridad nacional para los Estados Unidos”.


Punto 30: Los países con interés político y estratégico especial para los Estados Unidos son India, Bangla Desh, Pakistán, Nigeria, México, Indonesia, Brasil, Filipinas, Tailandia, Egipto, Turquía, Etiopía y Colombia (...) El presidente y el secretario de Estado deben tratar específicamente del control de la población mundial como un asunto de la máxima importancia en sus contactos regulares con jefes de otros gobiernos, particularmente de países en desarrollo”.



Es el Fondo de Población la única institución con que juegan los intereses estratégicos de los Estados Unidos: una gran parte de los 385 millones de dólares (al cambio, muchos millones de pesetas) que el Congreso norteamericano dedicó en febrero del 97 a la planificación familiar en el Tercer Mundo, habrían de ser encauzados a través de la International Planet Parenthood Federation (I.P.P.F.), una multinacional del aborto fundada a principios de este siglo en Estados Unidos (Brooklin, 1916) por Margaret Sanger a partir de una clínica abortiva. La I.P.P.F., por otro lado, tuvo mucho que ver con la redacción del documento propuesto –y afortunadamente rechazado- en El Cairo: el 31 de marzo de 1994, por ejemplo, I.P.P.F. se jactaba públicamente de que su presidente, Fred Sai, lo era a su vez de la tercera conferencia preparatoria, y de que la delegada de la organización abortista para el hemisferio occidental, Billie Miller, presidía el grupo de O.N.Gs y el comité de planificación. No decía, aunque era de dominio público, que Nafis Sadik, directora por entonces del Fondo para la Población de las Naciones Unidas, había trabajado con anterioridad para la I.P.P.F., lo mismo que el secretario de Estado adjunto para Cuestiones Globales de los Estados Unidos, antiguo director de la I.P.P.F. en Denver. Junto a esa verdadera “multinacional de la muerte”, hay que citar también la Fundación Ford, la Fundación Rockefeller, el Alan Guttmacher Institute, que depende del I.P.P.F., o el Population Council, financiado por el gobierno norteamericano. Pero quizá el más importante instrumento de presión del “lobby” antinatalista sea el Banco Mundial, con su política dirigida a condicionar los créditos a los países pobres al grado de cumplimiento de las directrices marcadas por el Fondo para la Población de las Naciones Unidas.



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Profesionales de la Salud defienden la vida naciente


En una carta publicada en el diario El Mercurio el  5 de octubre del 2021, 135 mujeres profesionales de la salud expresaron que el aborto bajo tres causales ha provocado "la muerte de más de 1500 niños y niñas en el seno de su madre".


"Si el proceso legal sigue el mismo curso que la ley anterior, no solamente será despenalizado, sino legalizado el aborto libre hasta las 14 semanas de gestación", alertaron.


"Nuevamente esta ley nos obligará a ser verdugos a quienes juramos velar por la vida de todo ser humano. Luego vendrá, al igual que ha pasado en otros países, la legalización del aborto de un niño de término", afirmaron las médicas.


Por ese motivo, "levantamos nuevamente nuestra voz y exigimos a nuestros legisladores el respeto del primero de todos los derechos humanos, el derecho a la vida, independientemente de la etapa del ciclo vital que esté cursando ese ser humano".


A su vez, recordaron que tienen "el deber de respetar y cuidar la vida de todo ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural".


"Es lo esencial del juramento hipocrático que todos nos comprometimos a respetar el día que recibimos el título de médico cirujano. Estamos orgullosos de nuestra misión y junto a todo el personal médico, luchamos con esfuerzo y pasión por cumplirlo cada día", sostuvieron las médicas.







El Aborto también daña a la mujer


Todos los esfuerzos que se realicen para sensibilizar a las personas en cuanto a demostrar que el bebe es un ser humano desde su concepción, motivará a los que están a favor de la vida, pero estos esfuerzos no tendrán ningún efecto en aquellos que defienden el aborto. Estas personas han endurecido su corazón hacia el "feto". Biológicamente, pueden aceptar que sea un ser humano, pero están convencidos que el niño no-nacido es menos importante que la mujer. Cualquier información que se presente, no los hará cambiar su posición.


La lucha de los abortistas está enfocada totalmente hacia la mujer. Por lo tanto, la única manera de luchar contra ellos, es enfocar los esfuerzos pro-vida hacia la mujer. Es necesario cambiar el debate del aborto y discutir sobre su mismo punto de fuerza: los intereses de la mujer.



Los familiares de adolescentes embarazadas deben saber que más del 90% de las mujeres que han abortado tienen problemas de autoestima. Cerca del 50% han incrementado el uso de drogas y alcohol. El 60% han tenido tendencias a suicidarse. Otros problemas son promiscuidad, depresión, problemas de concentración, tensión emocional, stress y cambios de personalidad entre otros problemas.


En el momento en que una adolescente está embarazada, se encuentra en la decisión de tener al bebe o realizar un aborto, es una decisión entre tener al bebe o... tener una experiencia traumática.


El 52% de las mujeres que han abortado, reportan que han sido "forzadas por alguien". Es indispensable educar a este "alguien" acerca de los riesgos del aborto, ya que están lastimando a las personas que aman por quererlas ayudar. Mientras no se logre que los padres, novios, consejeros o médicos estén conscientes del peligro del aborto para la mujer, seguirá habiendo "abortos por tu propio bien".








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Una estrategia - muchas victorias


La estrategia es simple: Realizar todos los esfuerzos para informar y convencer a todo el público, acerca de los peligros que representa el aborto en la salud mental, emocional y física de la mujer. El enfoque principal es sobre la mujer.


Realizar todos los esfuerzos para informar y convencer a todo el público, acerca de los peligros que representa el aborto en la salud mental, emocional y física de la mujer. El enfoque principal es sobre la mujer.




Esta estrategia tendrá varios efectos:


1) El conocimiento de los riesgos del aborto, hará que disminuya el número de abortos. Familiares, amigos y novios, dejarán de presionar a la mujer para que aborte por su "propio bien".


2) Si los efectos post-aborto se documentan perfectamente, las mujeres que sufren este trauma, tendrán el valor para rechazar la falsa información que les puedan dar las clínicas o consejeros abortistas.


3) En el momento en que se publiquen los efectos del aborto, muchas mujeres que han abortado, podrán entender las causas de sus problemas psicológicos y recurrirán a programas de tratamiento y ayuda post-aborto, así como contar con una ayuda espiritual y psicológica. Estas mismas mujeres ayudarán a los movimientos pro-vida, ya que ellas mismas hablarán de los efectos negativos del aborto.


4) Hasta el momento, muchas personas están convencidas por los abortistas de que el aborto "ayuda a la mujer". Pero en el momento que se den cuenta que la realidad es que sí daña a la mujer, entonces matar bebes que no han nacido no tiene ningún sentido.


5) Se podrán demandar derechos para la mujer que ha abortado. Que cuenten con la ayuda necesaria para todos los tratamientos que requiera


6) Al presentar información a los políticos que entran en sus nuevos cargos, que estudios han demostrado que el aborto es peligroso para la mujer y le ocasiona diversos problemas de salud, se puede lograr que tomen una actitud de rechazo hacia las posturas abortistas.


7) Si los riesgos que produce el aborto están perfectamente documentados, los jueces que decidan si se debe practicar o no el aborto, tenderán a defender los derechos de la mujer y de los niños.


8) Lo más importante  y eficaz: Lo determinante es sostenerse en la eficacia de la gracia, para ser fuertes, prudentes, puros y coherentes. Sin los sacrementos, sin oración y sin vida cristiana, todo será política que al final termina sediendo.







Que el aborto no sea una opción


No debemos olvidar que lo más importante que se quiere lograr es que además de que el aborto no sea legal, sea "impensable".


Lograr cambiar la percepción que tiene la gente de que el aborto es "seguro y legal". Debemos convencer al público que aún aunque el aborto sea legal, jamás será seguro.


Nuestro ideal es que toda persona que se compadezca de una joven que está embarazada, nunca se atreva a aconsejarla que aborte, ya que está perfectamente informada y consciente de los daños espirituales, físicos y emocionales que le provocará después..


Lograr que todas las personas crean que la verdad fundamental es que cuando lastimamos a un bebe que no ha nacido, también lastimamos a su mamá y lo contrario: cuando ayudamos a la madre, también ayudamos al bebe. Por lo tanto, la solución de un embarazo no deseado, o de una adolescente embarazada, no es el aborto, sino estar bien informada acerca de los daños que le ocacionará a ella misma y a las personas que la quieren.








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Ritual satánico de aborto

La revista Cosmopolitan se encuentra en medio de la polémica tras ser acusada de respaldar supuestos rituales de aborto satánico, generando críticas y cuestionamientos sobre sus prácticas editoriales.



(UCANews) Cosmopolitan, a menudo conocida como Cosmo, es una revista internacional de moda y estilo de vida para mujeres. Abarca una amplia gama de temas, como moda, belleza, relaciones, sexo, salud y consejos profesionales.

Sin embargo, también se trata de una compañía radicalmente izquierdista que tiene un largo historial de promoción del aborto.

En su Instagram, Cosmo promueve un ritual de «aborto satánico» para empoderar a las mujeres que abortan. Últimamente, celebran «ceremonias de aborto» satánicas y promociona cómo son personalizables para las mujeres y da consejos sobre la mejor manera de tomar la píldora abortiva que mata de hambre a un bebé no nacido.

«Primero, busca un lugar tranquilo. Si puedes, trae un espejo. Justo antes de tomar la medicación, mira tu reflejo y concéntrate en tu persona. En casa [sic] céntrate en tu intención, en tu responsabilidad hacia ti, en tu responsabilidad hacia ti», dice.

Y ese es el narcisismo en el que se centra el ritual satánico del aborto: la adoración de uno mismo. Ignora al bebé que es asesinado en el aborto y céntrate sólo en tus deseos. Una completa y total adoración del egoísmo por encima del altruismo - lo cual no es sorprendente dado que el satanismo es lo opuesto al cristianismo, donde Jesús murió desinteresadamente por los pecados del mundo.

Cosmo también promociona el centro abortista satánico que se ha abierto en Nuevo México.

El Templo Satánico ya no sólo promueve la matanza de bebés no nacidos en abortos. De hecho, los está matando a través de una nueva práctica «religiosa» del aborto en Nuevo México. A principios de este año, el grupo satánico puso en marcha una nueva «rama de servicios médicos religiosos», TST Health, para empezar a practicar abortos. El Templo Satánico cree que abortar a bebés no nacidos es un «ritual» religioso y lo compara con la comunión o el bautismo para los cristianos.

El nombre de su primera práctica abortiva de «telesalud» es también un deseo de muerte encubierto al juez del Tribunal Supremo de Estados Unidos Samuel Alito, autor de la decisión que anuló el caso Roe contra Wade el año pasado.

La Clínica Satánica del Aborto de la Mamá de Samuel Alito, en Nuevo México, ofrecerá fármacos abortivos a mujeres a partir de los 17 años que tengan hasta 11 semanas de embarazo, según Fox News. La FDA no recomienda fármacos abortivos después de las 10 semanas.

«En 1950, la madre de Samuel Alito no tenía opciones, y miren lo que pasó», dijo Malcolm Jarry, cofundador del Templo Satánico, en un comunicado. «Antes de 1973, los médicos que practicaban abortos podían perder su licencia e ir a la cárcel. El nombre de la clínica sirve para recordar a la gente lo importante que es tener derecho a controlar el propio cuerpo y las potenciales ramificaciones de perder ese derecho».

Según un comunicado de prensa del grupo, «cualquier persona en Nuevo México que quiera llevar a cabo el ritual de aborto del Templo Satánico podrá recibir servicios médicos gratuitos en línea».

Trabajadores médicos autorizados examinarán a las pacientes durante una cita virtual, y luego prescribirán medicamentos abortivos a través de farmacias que los enviarán por correo en «un paquete discreto», dijo el grupo. A las mujeres se les cobrará una tasa de farmacia de unos 90 dólares. El grupo satánico también puso en marcha una línea telefónica directa para abortar las 24 horas del día.














martes, 20 de agosto de 2024

El Matrimonio

 




 AMOR, NATURALEZA, VOCACION Y GRACIA 



Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén





Génesis 1, 27


Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó





Génesis 2, 18-25:


“Dijo luego Yahveh Dios: ‘No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada’. Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera. El hombre puso nombre a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, pero no encontró una ayuda adecuada para sí mismo. Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: ‘Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada’. Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne. Ambos estaban desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro”.




 “Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne”

 (Gn 2, 23) 



Subrayan dos cosas: (a) la identidad de naturaleza: el varón y la mujer tienen la misma naturaleza; igual carne, igual huesos; (b) que tienen unidad de origen: hueso “de mis” huesos, carne “de mi” carne... Eva es formada a partir de Adán; es parte suya. Ambos aspectos se ponen en relieve en el mismo nombre que Adán da a Eva y debería traducirse “varona”. Adán es îsch (varón), Eva es îschâh (varona). San Jerónimo tradujo el juego de palabras: “Haec vocabitur virago quoniam de viro sumpta est”




“Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer” (Gn 2, 24)




*TEXTO COMPLEMENTARIO AL TEMA 01: DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA*




EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO



1601 "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados" (CIC can. 1055, §1)




I. El matrimonio en el plan de Dios


1602 La sagrada Escritura se abre con el relato de la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26- 27) y se cierra con la visión de las "bodas del Cordero" (Ap 19,9; cf. Ap 19, 7). De un extremo a otro la Escritura habla del matrimonio y de su "misterio", de su institución y del sentido que Dios le dio, de su origen y de su fin, de sus realizaciones diversas a lo largo de la historia de la salvación, de sus dificultades nacidas del pecado y de su renovación "en el Señor" (1 Co 7,39) todo ello en la perspectiva de la Nueva Alianza de Cristo y de la Iglesia (cf Ef 5,31-32).




El matrimonio en el orden de la creación


1603 "La íntima comunidad de vida y amor conyugal, está fundada por el Creador y provista de leyes propias. [...] El mismo Dios [...] es el autor del matrimonio" (GS 48,1). La vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador. El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales. Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanente. A pesar de que la dignidad de esta institución no se trasluzca siempre con la misma claridad (cf GS 47,2), existe en todas las culturas un cierto sentido de la grandeza de la unión matrimonial. "La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar" (GS 47,1).


1604 Dios que ha creado al hombre por amor, lo ha llamado también al amor, vocación fundamental e innata de todo ser humano. Porque el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,2), que es Amor (cf 1 Jn 4,8.16). Habiéndolos creado Dios hombre y mujer, el amor mutuo entre ellos se convierte en imagen del amor absoluto e indefectible con que Dios ama al hombre. Este amor es bueno, muy bueno, a los ojos del Creador (cf Gn1,31). Y este amor que Dios bendice es destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra común del cuidado de la creación. «Y los bendijo Dios y les dijo: "Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla"» (Gn 1,28).


1605 La Sagrada escritura afirma que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro: "No es bueno que el hombre esté solo" (Gn 2, 18). La mujer, "carne de su carne" (cf Gn2, 23), su igual, la criatura más semejante al hombre mismo, le es dada por Dios como una "auxilio" (cf Gn 2, 18), representando así a Dios que es nuestro "auxilio" (cf Sal 121,2). "Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne" (cf Gn 2,18-25). Que esto significa una unión indefectible de sus dos vidas, el Señor mismo lo muestra recordando cuál fue "en el principio", el plan del Creador (cf Mt 19, 4): "De manera que ya no son dos sino una sola carne" (Mt 19,6).




El matrimonio bajo la esclavitud del pecado


1606 Todo hombre, tanto en su entorno como en su propio corazón, vive la experiencia del mal. Esta experiencia se hace sentir también en las relaciones entre el hombre y la mujer. En todo tiempo, la unión del hombre y la mujer vive amenazada por la discordia, el espíritu de dominio, la infidelidad, los celos y conflictos que pueden conducir hasta el odio y la ruptura. Este desorden puede manifestarse de manera más o menos aguda, y puede ser más o menos superado, según las culturas, las épocas, los individuos, pero siempre aparece como algo de carácter universal.



1607 Según la fe, este desorden que constatamos dolorosamente, no se origina en la naturaleza del hombre y de la mujer, ni en la naturaleza de sus relaciones, sino en el pecado. El primer pecado, ruptura con Dios, tiene como consecuencia primera la ruptura de la comunión original entre el hombre y la mujer. Sus relaciones quedan distorsionadas por agravios recíprocos (cf Gn 3,12); su atractivo mutuo, don propio del creador (cf Gn 2,22), se cambia en relaciones de dominio y de concupiscencia (cf Gn 3,16); la hermosa vocación del hombre y de la mujer de ser fecundos, de multiplicarse y someter la tierra (cf Gn 1,28) queda sometida a los dolores del parto y los esfuerzos de ganar el pan (cf Gn 3,16-19).



1608 Sin embargo, el orden de la Creación subsiste aunque gravemente perturbado. Para sanar las heridas del pecado, el hombre y la mujer necesitan la ayuda de la gracia que Dios, en su misericordia infinita, jamás les ha negado (cf Gn 3,21). Sin esta ayuda, el hombre y la mujer no pueden llegar a realizar la unión de sus vidas en orden a la cual Dios los creó "al comienzo".









Del Matrimonio en Cristo



La palabra amor


La palabra amor, como tantas otras del lenguaje humano, es equívoca, y puede significar muchas realidades diversas, incluso contradictorias entre sí. Por eso, si de verdad queremos saber qué es el amor, no podremos contentarnos con las cuatro tonterías que acerca de él se dicen muchas veces. Por el contrario, hemos de tomarnos la molestia de analizar atentamente lo que significa esa palabra tan preciosa, pues el amor designa la realidad más profunda de Dios y del hombre, y nos da la clave decisiva para entender el misterio natural del matrimonio.


La atracción


El atractivo está en el origen del amor. Viene a ser un amor naciente, ya en alguna medida amor, aunque imperfecto. En él se implican varios elementos:


-Conocer. Sin conocimiento, no hay amor. No puede amarse lo que no se conoce, ni puede amarse mucho lo que se conoce poco. Si una hermanita vuestra os dice que está locamente enamorada de un muchacho con el que todos los días se cruza en la calle al ir a la escuela, vosotros os reís y pensáis que sí, que está un poco loca. ¿Cómo va a haber un amor profundo si no le conoce personalmente, ni sabe su nombre, ni su modo de ser ni nada, como no sea su figura corporal?


-Querer. El atractivo implica el querer de la voluntad. Nadie puede atraernos (=traernos hacia sí) sin el querer, o el consentimiento al menos, de nuestra voluntad.


-Sentir. La esfera de la afectividad, el juego de los sentimientos, tiene parte muy importante en este amor naciente. Por la afectividad, más que conocer a una persona, la sentimos. Incluso una persona puede atraernos sin que sepamos bien por qué: tiene un no sé qué que nos atrae.


Pues bien, daos buena cuenta de esto: es una persona la que resulta atrayente. Una persona. Podrá atraernos sobre todo por su belleza, su cultura, su bondad, o aquello que nosotros más valoremos en ella, según nuestro modo de ser. Pero, al menos, no podría hablarse de amor si la atracción se produjera haciendo abstracción de la persona.



El deseo


El amor-atracción está relacionado con el amor-deseo, que es un amor interesado, en el mejor sentido de la expresión. El hombre y la mujer son seres limitados, y por el amor interesado del deseo tienden a completarse en la unidad. No hablamos aquí del mal deseo de la concupiscencia, en el que una persona es deseada como un medio para apagar la propia sed. Hablamos de un amor verdadero, que no es sólo deseo sensual, aunque también lo incluya, sino que llega a la persona: «Te quiero, porque tú eres un bien para mí». También Dios debe ser amado por el hombre con este amor.


La simpatía


La simpatía es un amor puramente afectivo, que hace sintonizar sensiblemente con otra persona, predisponiendo el corazón a captar en ella ciertos valores reales o supuestos. Nace a veces la simpatía de una cierta homogeneidad de caracteres, o de heterogeneidades complementarias, o incluso de formas apenas comprensibles -cuando se da, por ejemplo, hacia un sinvergüenza-. Como comprenderéis, la simpatía, si sólo cuenta con sus propias fuerzas, establece un vínculo interpersonal bastante débil, a causa de su falta de objetividad.


La benevolencia


Si ha de llegarse al amor pleno, no basta la atracción, el deseo y la simpatía; es preciso además y sobre todo querer con todo empeño el bien de la persona amada («te amo y quiero el bien para ti»). A este amor altruísta de la voluntad y de los sentimientos se le ha llamado justamente amor benevolentiæ, o simplemente benevolentiæ (querer bien -se entiende, para el otro-).


Este es el amor más puro, y es al mismo tiempo el amor que más enriquece tanto al que ama como al amado. Es el amor que dilata el corazón de la persona, sacándola de sí misma (éxtasis), liberándola de su congénito egocentrismo, para unirla profundamente a otra persona.


Por lo demás, sólo cuando la atracción, el deseo y la simpatía se ven sellados por el amor benevolente, es cuando alcanzan dignidad plena, profundidad y estabilidad. Así es como tenéis que amaros vosotros, novios y esposos.


La amistad


La amistad, que normalmente incluye la simpatía, se fundamenta en el amor de la voluntad. Una persona se compromete en amistad con otra por medio de actos intensos de la voluntad, y de ahí provienen la firmeza y la persistencia que caracterizan toda amistad genuina. La amistad produce entre los amigos una gran unión («son inseparables»), lleva a compartir los bienes interiores y exteriores («lo mío es tuyo, lo tuyo es mío»), y se fundamenta en una clara benevolencia recíproca («yo quiero el bien para ti, como lo quiero para mí»).


Pues bien, el amor conyugal entre hombre y mujer es la forma más alta de amistad, la más profunda, la más duradera, la que lleva a compartirlo todo. Lo que quizá empezó en una simpatía -aunque no siempre-, ha llegado a ser un profundo amor de amistad personal. Y entonces, simpatía y amistad han de ir siempre de la mano. Error frecuente del amor humano es mantenerse en la mutua simpatía, sin llegar nunca a la verdadera amistad, o pretender una amistad que no cultiva suficientemente la simpatía. Y esto debéis saberlo los novios y los esposos, para que eduquéis así vuestro corazón en el verdadero arte del amor, ars amandi.




El amor matrimonial


El amor conyugal consiste en la recíproca donación de las personas. Incluye, pues, atracción y deseo, benevolencia, simpatía y amistad, pero va más allá que todo ello. Los esposos son entre sí mucho más que amigos. Darse a una persona para siempre es algo más que querer su bien. Recibir una persona para siempre, incorporándola a uno mismo como algo propio, es mucho más que experimentar hacia ella atracción, simpatía y amistad. Pues bien, en el matrimonio, tras una elección consciente y libre, un hombre y una mujer se entregan del todo mutuamente, y mutuamente se reciben, para siempre. Es algo realmente formidable...










miércoles, 14 de agosto de 2024

La Asunción de María

 





Totalmente unida a su Hijo...



¿Qué sucedió en la Asunción de María?

El Catecismo (CIC 966) afirma: "Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo y enaltecida por Dios como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte" (LG 59; cf. Pío XII, Const. apo. Munificentissimus Deus, 1 noviembre 1950: DS 3903). La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos:


«En el parto te conservaste Virgen, en tu tránsito no desamparaste al mundo, oh Madre de Dios. Alcanzaste la fuente de la Vida porque concebiste al Dios viviente, y con tu intercesión salvas de la muerte nuestras almas (Tropario en el día de la Dormición de la Bienaventurada Virgen María).





Catecismo de la Iglesia


964 El papel de María con relación a la Iglesia es inseparable de su unión con Cristo, deriva directamente de ella. "Esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la salvación se manifiesta desde el momento de la concepción virginal de Cristo hasta su muerte" (LG 57). Se manifiesta particularmente en la hora de su pasión:


«La Bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la cruz. Allí, por voluntad de Dios, estuvo de pie, sufrió intensamente con su Hijo y se unió a su sacrificio con corazón de madre que, llena de amor, daba amorosamente su consentimiento a la inmolación de su Hijo como víctima que Ella había engendrado. Finalmente, Jesucristo, agonizando en la cruz, la dio como madre al discípulo con estas palabras: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” (Jn 19, 26-27)» (LG 58).


965 Después de la Ascensión de su Hijo, María "estuvo presente en los comienzos de la Iglesia con sus oraciones" (LG 69). Reunida con los apóstoles y algunas mujeres, "María pedía con sus oraciones el don del Espíritu, que en la Anunciación la había cubierto con su sombra" (LG 59).


... también en su Asunción ...


966 "Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo y enaltecida por Dios como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte" (LG 59; cf. Pío XII, Const. apo. Munificentissimus Deus, 1 noviembre 1950: DS 3903). La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos:


«En el parto te conservaste Virgen, en tu tránsito no desamparaste al mundo, oh Madre de Dios. Alcanzaste la fuente de la Vida porque concebiste al Dios viviente, y con tu intercesión salvas de la muerte nuestras almas (Tropario en el día de la Dormición de la Bienaventurada Virgen María).


"...ella es nuestra Madre en el orden de la gracia..."


967 Por su total adhesión a la voluntad del Padre, a la obra redentora de su Hijo, a toda moción del Espíritu Santo, la Virgen María es para la Iglesia el modelo de la fe y de la caridad. Por eso es "miembro supereminente y del todo singular de la Iglesia" (LG 53), incluso constituye "la figura" [typus] de la Iglesia (LG 63).


968 Pero su papel con relación a la Iglesia y a toda la humanidad va aún más lejos. "Colaboró de manera totalmente singular a la obra del Salvador por su obediencia, su fe, esperanza y ardiente amor, para restablecer la vida sobrenatural de los hombres. Por esta razón es nuestra madre en el orden de la gracia" (LG 61).







¿Qué nos enseña la Asunción de María?


En una homilía para la fiesta de la Asunción, el Papa San Juan Pablo II expresó: (In a homily for the Assumption, Pope St. John Paul II said), “María, elevada al cielo, indica el camino hacia Dios, el camino del cielo, el camino de la vida. Lo muestra a sus hijos bautizados en Cristo y a todos los hombres de buena voluntad. Lo abre, sobre todo, a los humildes y a los pobres, predilectos de la misericordia divina. A las personas y a las naciones, la Reina del mundo les revela la fuerza del amor de Dios…”






¿Es bíblico este dogma?


Así como con el dogma de la Inmaculada Concepción, el de la Asunción no se encuentra expresado per se en las Escrituras. Fue definido dogmáticamente por el Papa Pio XII en el año 1950 en la encíclica Munificentissimus Deus. En ella, el Papa se refirió a que muchos “sagrados escritores… sirviéndose de textos escriturísticos o de semejanza y analogía, ilustraron y confirmaron la piadosa creencia de la Asunción”; explicando así que él no manifestaba una nueva doctrina sino que cumplía su mandato divino de expresar “con fidelidad la revelación transmitida por los Apóstoles”. La Iglesia enseña que el dogma de la Asunción estaba al menos implícitamente presente en la Escritura y en la Tradición Apostólica y por lo tanto es un signo legítimo de la “asistencia del Espíritu de la Verdad”.


En la encíclica, el Papa Pio XII señaló varios pasajes de las Escrituras que, en su opinión, ilustraban la doctrina de la Asunción de María. Estos son algunos de ellos:


 


“¡Levántate, Yahveh, hacia tu reposo, tú y el arca de tu fuerza!” Sal 132 (131),8

[sobre la Esposa del Cantar] “que sube del desierto, cual columna de humo sahumado de mirra y de incienso” (Ct 3,6)

La Mujer vestida de sol (Ap 12)

“… y honrar el lugar donde mis pies reposan.” (Is 60,13)

“¿Quién es esta que sube del desierto, apoyada en su amado?” (Ct 8,5)










Benedicto XVI


Parroquia de Santo Tomás de Villanueva, Castelgandolfo

Miércoles 15 de agosto de 2012.


Queridos hermanos y hermanas:

El 1 de noviembre de 1950, el venerable Papa Pío XII proclamó como dogma que la Virgen María «terminado el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial». Esta verdad de fe era conocida por la Tradición, afirmada por los Padres de la Iglesia, y era sobre todo un aspecto relevante del culto tributado a la Madre de Cristo. Precisamente el elemento cultual constituyó, por decirlo así, la fuerza motriz que determinó la formulación de este dogma: el dogma aparece como un acto de alabanza y de exaltación respecto de la Virgen santa. Esto emerge también del texto mismo de la constitución apostólica, donde se afirma que el dogma es proclamado «para honor del Hijo, para glorificación de la Madre y para alegría de toda la Iglesia». Así se expresó en la forma dogmática lo que ya se había celebrado en el culto y en la devoción del pueblo de Dios como la más alta y estable glorificación de María: el acto de proclamación de la Asunción se presentó casi como una liturgia de la fe. Y, en el Evangelio que acabamos de escuchar, María misma pronuncia proféticamente algunas palabras que orientan en esta perspectiva. Dice: «Desde ahora me felicitarán todas la generaciones» (Lc 1, 48). Es una profecía para toda la historia de la Iglesia. Esta expresión del Magníficat, referida por san Lucas, indica que la alabanza a la Virgen santa, Madre de Dios, íntimamente unida a Cristo su Hijo, concierne a la Iglesia de todos los tiempos y de todos los lugares. Y la anotación de estas palabras por parte del evangelista presupone que la glorificación de María ya estaba presente en el tiempo de san Lucas y que él la consideraba un deber y un compromiso de la comunidad cristiana para todas las generaciones. Las palabras de María dicen que es un deber de la Iglesia recordar la grandeza de la Virgen por la fe. Así pues, esta solemnidad es una invitación a alabar a Dios, a contemplar la grandeza de la Virgen, porque es en el rostro de los suyos donde conocemos quién es Dios.

Pero, ¿por qué María es glorificada con la asunción al cielo? San Lucas, como hemos escuchado, ve la raíz de la exaltación y de la alabanza a María en la expresión de Isabel: «Bienaventurada la que ha creído» (Lc 1, 45). Y el Magníficat, este canto al Dios vivo y operante en la historia, es un himno de fe y de amor, que brota del corazón de la Virgen. Ella vivió con fidelidad ejemplar y custodió en lo más íntimo de su corazón las palabras de Dios a su pueblo, las promesas hechas a Abrahán, Isaac y Jacob, convirtiéndolas en el contenido de su oración: en el Magníficat la Palabra de Dios se convirtió en la palabra de María, en lámpara de su camino, y la dispuso a acoger también en su seno al Verbo de Dios hecho carne. La página evangélica de hoy recuerda la presencia de Dios en la historia y en el desarrollo mismo de los acontecimientos; en particular hay una referencia al Segundo libro de Samuel en el capítulo sexto (6, 1-15), en el que David transporta el Arca santa de la Alianza. El paralelo que hace el evangelista es claro: María, en espera del nacimiento de su Hijo Jesús, es el Arca santa que lleva en sí la presencia de Dios, una presencia que es fuente de consuelo, de alegría plena. De hecho, Juan danza en el seno de Isabel, exactamente como David danzaba delante del Arca. María es la «visita» de Dios que produce alegría. Zacarías, en su canto de alabanza, lo dirá explícitamente: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo» (Lc 1, 68). La casa de Zacarías experimentó la visita de Dios con el nacimiento inesperado de Juan Bautista, pero sobre todo con la presencia de María, que lleva en su seno al Hijo de Dios.


Pero ahora nos preguntamos: ¿qué da a nuestro camino, a nuestra vida, la Asunción de María? La primera respuesta es: en la Asunción vemos que en Dios hay espacio para el hombre; Dios mismo es la casa con muchas moradas de la que habla Jesús (cf. Jn 14, 2); Dios es la casa del hombre, en Dios hay espacio de Dios. Y María, uniéndose a Dios, unida a él, no se aleja de nosotros, no va a una galaxia desconocida; quien va a Dios, se acerca, porque Dios está cerca de todos nosotros, y María, unida a Dios, participa de la presencia de Dios, está muy cerca de nosotros, de cada uno de nosotros. Hay unas hermosas palabras de san Gregorio Magno sobre san Benito que podemos aplicar también a María: san Gregorio Magno dice que el corazón de san Benito se hizo tan grande que toda la creación podía entrar en él. Esto vale mucho más para María: María, unida totalmente a Dios, tiene un corazón tan grande que toda la creación puede entrar en él, y los ex-votos en todas las partes de la tierra lo demuestran. María está cerca, puede escuchar, puede ayudar, está cerca de todos nosotros. En Dios hay espacio para el hombre, y Dios está cerca, y María, unida a Dios, está muy cerca, tiene el corazón tan grande como el corazón de Dios.


Pero también hay otro aspecto: no sólo en Dios hay espacio para el hombre; en el hombre hay espacio para Dios. También esto lo vemos en María, el Arca santa que lleva la presencia de Dios. En nosotros hay espacio para Dios y esta presencia de Dios en nosotros, tan importante para iluminar al mundo en su tristeza, en sus problemas, esta presencia se realiza en la fe: en la fe abrimos las puertas de nuestro ser para que Dios entre en nosotros, para que Dios pueda ser la fuerza que da vida y camino a nuestro ser. En nosotros hay espacio; abrámonos como se abrió María, diciendo: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra». Abriéndonos a Dios no perdemos nada. Al contrario: nuestra vida se hace rica y grande.

Así, la fe, la esperanza y el amor se combinan. Hoy se habla mucho de un mundo mejor, que todos anhelan: sería nuestra esperanza. No sabemos, no sé si este mundo mejor vendrá y cuándo vendrá. Lo seguro es que un mundo que se aleja de Dios no se hace mejor, sino peor. Sólo la presencia de Dios puede garantizar también un mundo bueno. Pero dejemos esto. Una cosa, una esperanza es segura: Dios nos aguarda, nos espera; no vamos al vacío; él nos espera. Dios nos espera y, al ir al otro mundo, nos espera la bondad de la Madre, encontramos a los nuestros, encontramos el Amor eterno. Dios nos espera: esta es nuestra gran alegría y la gran esperanza que nace precisamente de esta fiesta. María nos visita, y es la alegría de nuestra vida, y la alegría es esperanza.

Así pues, ¿qué decir? Corazón grande, presencia de Dios en el mundo, espacio de Dios en nosotros y espacio de Dios para nosotros, esperanza, Dios nos espera: esta es la sinfonía de esta fiesta, la indicación que nos da la meditación de esta solemnidad. María es aurora y esplendor de la Iglesia triunfante; ella es el consuelo y la esperanza del pueblo todavía peregrino, dice el Prefacio de hoy. Encomendémonos a su intercesión maternal, para que nos obtenga del Señor reforzar nuestra fe en la vida eterna; para que nos ayude a vivir bien el tiempo que Dios nos ofrece con esperanza. Una esperanza cristiana, que no es sólo nostalgia del cielo, sino también deseo vivo y operante de Dios aquí en el mundo, deseo de Dios que nos hace peregrinos incansables, alimentando en nosotros la valentía y la fuerza de la fe, que al mismo tiempo es valentía y fuerza del amor. Amén.




























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